Galileo

25 abr 2012

Zenith


Los labios cerrados
en el hemisferio izquierdo,
asecho tu nombre
en la gota mínima del silencio.

Abro la uña,
el esperma,
y la manecilla.

Vehemencia
escribo
en tu lado
más invisible,
tu parpado,
tu pezón inexistente,
tu dedo de hierro
que penetra en
honda piel un hueco
de tu voz, con algo,
como un sueño
o como un odio
o delirio
o fijación.

La punta de tus labios
se abre en una curva
famélica de sombra,
hambre de mis células
que mueren una sobre una
en el asa de tu espalda.

Agotar el labio superior
con la brújula de tus piernas.

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