En blanco

he creído en el blanco:
los atardeceres, el olvido,
las circunstancias de la danza,
el cuerpo astillado de la brisa,
los blandos trazos
sobre tus bandidos lunares
donde blanco y blanco separa su frío.

he creído y crecido en el blanco,
en tus miradas de labios sueltos
y lentas sonrisas;
me cuesta encontrarte
ahora que cierro los dedos
desde aquí.

Bruno,

ya no sé
qué es ganar
o la tersura
del alcohol.

Espero que la
escuches con un
cigarro.

Te extraño, hermano:

Durazno sangrando - Spinetta

☻|☻

en dónde ese mar tuyo
coincidiendo con las alegorías lejanas
sobre esas veces de un rayo sin destino.

Fusión

Ser valiente
arder la noche
limar en las costillas
hasta que salga
algo de luciérnaga.

Entre lunares lavios

Agosto abre sus grietas
alimara entre tus piernas
fusión blanca
lástima que haya puntos que separan
finales

10 de agosto de 1990, viernes

habitación contigua
sellos de sueño
lápislázuli
regiones
molicie
cruces de tu boca
repliegue de venus
una vez nos encontramos
mirando el fuego aridecer
los sitios que tocamos.

¿Quién detrás sin oscuridad espera?

Inquieta,
con su furia sonrojada

desdiciendo la palabra siguiente
sin que sea completa su sombra

sin saber los filos dedos,
rasga una caricia con los labios

dueña de las primeras opacidades
que la belleza une en los rostros

desliza hacia la tarde
sin hallar nombre

le habían prometido
encontrar cruces sin astillas

el corazón sin hojear su engaño
a través de piel delirada

sólo espera su luciente
arecer de liviana luna

la espuma
inquieta de su reflejo.

La voz

se hizo
sin saber
su extensión
o la cordura eficaz
de su silencio

pronununció sus efectos
en los vacíos de los labios

Para ♥

Figurar en manecillas tu nombre

| y |

el olor de tus palabras con labios nocturnos

diciendo
mi sed por cada lunar
inventado en tu piel

como si tu belleza brillará
exacta en puntitos tibios

como si ellos,
tus lunares,
supieran que tu desnudez
nunca es la misma
y siempre
intima la eternidad.

Híades

He dicho mi nombre
tantas veces
sin repetir
mi voz
en él

que
nadie
sabe dónde
la primera caricia
desborda hacia tu cara.