"Eres un inútil, no sirves para nada"
Y ella tiene razón.
Pues yo no sirvo,
no hago, no desarrollo,
no llegó.
Yo no sirvo.
Yo soy,
no soy una función,
ni relación.
Yo soy,
más allá de un verbo,
más allá de un adjetivo,
más allá del lenguaje
me levanto del fango,
conozco la tierra y el agua,
hago fuego y aire,
me levanto del fango,
el cielo me mira,
pues soy de los pocos
que no sirven:
hacen, crean, toman,
sueñan y escriben.
Yo soy poeta,
me dedico a no servir,
me dedico a vivir y a morir
con mis venas,
con lo que yo quiero.
Pues no sirvo,
a mí, la noche no me sirve,
la vivo.
No sirvo, sonrío.
Yo vivo, no sirvo,
y servir es funcional,
no es malo ni bueno,
es sólo algo personal
que no pide el pueblo:
la sociedad.
Yo no sirvo,
pues no obedezco,
tengo demasiadas alas
y algunos besos;
yo no soy servicial,
yo no soy para servir,
yo soy para vivir.
No sirvo,
río, sonrío,
juego, y hago silencio.
Yo no sirvo, vivo.
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