El mundo jala de la palanca;
la noche más encendida
ha despertado.
Una jarra se hunde en el río
y el bosque apoya sus dos codos
en el agua.
Un pez nada hacia el vacío,
le han cortado el corazón
con él que poco había sentido.
El mundo jala la palanca
y el pez olvida
donde estaba su casa.
Una jarra sobre mi mesa
donde no tomo agua
ni gotas
ni frío,
ni nada.
Sólo una jarra
donde escapa el mundo.
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