Aquí estoy,
con el acento más
prófugo en su escape
hacia lo contenido:
una mariposa
mira tus caderas,
en ella va plantada
una palmera
que arroja del acento
la tilde de un afónico
poema.
Aquí estoy:
sin estar, tuyo
con las uñas
limpias, rasgadas
por dentro.
Aquí voy,
con lo único
que sé:
haciendo un acento
en la caverna de tu
cuerpo:
retumba:
retumba:
retumbaría
si no fueras una silueta.
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