Galileo

31 dic 2011

Ficción: los latidos de tus piernas y de tus codos van atrapando esferas que se rompen, y cae un distinto sol; las esferas son las noches y la noche es la máxima ficción.
El mar había anclado, un cangrejo divertido lo bebió, entonces me quedé a mitad de un antiguo desierto, me la pase pensando, durmiendo e imaginando. Llovió, el mar volvió y el cangrejo se acercó: me comió y se fue cantando hacia el regreso, pues el mar había vuelto a anclar.

30 dic 2011

Sus pasos eran de un tango torpe,
minuciosamente equivocado
para verter inocencia en la perversión.

Pero era, al fin,
tango,
sensual,
figuras de fuego
que sus ojos seguían.

Danzas

Hoy tuve una sensación rara. Estaba durmiendo, desperté triste. Después me puse contento, hace tiempo que no estaba triste por otra cosa que no sea actuaría, mi futuro, mi presente, o por ti. Me senté y me quedé pensando. Vi el espejo y me veía guapo, pensé en ti. Regresé al sueño y lo entendí. Estaba triste por una imagen rara y difícil de tratar. Pero descubrí su evidencia: soy mejor que dios, él no se equivoca, no necesita de nadie para existir. Entonces me puse triste y feliz. Luego Dios me sonrió, y los dos nos quedamos en un largo sueño que cada quien había hecho para el otro. Después me dolió despertar. Pero me quedé sonriendo.

28 dic 2011

Una hoja se desvanece

Una hoja se desvanece, ríe. Incluso mi mente más lejana la extraña. Entonces la hoja se vuelve fruto, se vuelve rosa y piedra, florece en el centro del vacío, casco, bulbo, ángel perdido. ¡Qué extraña sensación, ésta, de estar perdido! maquillándome con el vacío, otra rosa, el mismo hilo.

Encuentro mi cordón umbilical mordiendo el principio. ¡Qué extraña situación! Esta de hacer la muerte en un pétalo y el pétalo de sueño. Mis dedos traviesos absorben. Y en el callar de la noche, un café, un espacio, y la hoja ríe: desaparece; pero mis dedos le marcan, le borran palabras que jamás he escrito.