Galileo

18 ene 2025

Movimiento extático mientras floreces

Mecer la tarde en tu silueta, dejar mi espíritu sobre el aleteo lento que despierta tus lunares: tu manchita dice tactos y tantos colores que iluminan mis labios, mi ligereza hace lagos paseos por tu cuello, inclinación de nuestras bocas para reconocer el interior de nuestro nombres, satisfacción de nuestras manos juntas cuando hacen flotar el mismo cuerpo de olores: florecer con tu mística dentro (lo escribo y extraño el sonido lento de nuestros besos y el jadeo delicioso de nuestras caderas). Las calles donde hemos atravesado de sol a luna ya tienen otro sentido, ambos sabemos el secreto de los astros: la forma que tienes para hacer desaparecer la luna y trazarla intermitente sobre mi cuerpo, cruzamos: dilación de nuestras miradas que se arropan mientras desnudamos nuestras cicatrices. Ven: me he vaciado y transformado nuevamente. Ven: soy nuevo y antiguo y puedes deslizarte sobre mis litorales para aprender nuevas r[f]ugas de navegación: reiteración: ven, mi veleta tiene a la vista tus doce pisos, llamemos a tu marea con la misma lasitud del fuego y ya amemos el agüita: clítorales. Aparte de los erotismos y las palabras imaginadas (palabras imaginadas: yalismos para navegar cerquita de tu sonoridad acompasada: jacquismos), tengo también la ternura desbordada: ya aquí las manitas vulnerables por el lunar de tu mano, por volver hacia la tarde y descubrir el esplendor de tu cabello y ojos, por cruzar toda esquina con la prisa de arribar hacia tu lentitud, encontrar tus velos para aprender tu vuelo de Fénix, por moverme el corazón sin timidez y llevarte caricias. Caricias ciertas sobre la piel imaginada que recubre la vida, caricias ciertas para tocar las zonas más delicadas e inasibles donde resguardamos nuestras más íntimas certezas, caricias ciertas para rebasar todos los espejismos, dudas y sensaciones desiertas: en mi memoria no tengo calendarios que puedan resguardar el instante extático de tus sonrisas, solo las dejo deslizarse intactas hacia la ruta directa de mi ojos en su llama más alma: cuando te veo, me asomo hacia mi cuerpo para descubrir una suavidad vulnerable, un sitio para juntar nuestros nombres y mecer nuestros interiores con nuestras manos. Te quiero, Jacquiee.

No hay comentarios:

Publicar un comentario