No sé los días o si el Sat me persigue. No sé si cambió el horario en los celulares o si la hora verdadera es la de mi reloj. Sólo sé abrir mi sintaxis dejando a tu odio entrar, ese miedo lateral de tus alas, ese miedo que extiendes por tu vida detrás de un espejo que ha roto los augurios del pasado. No sé si sabes que eres mareta y nereida. No sé si sabes que escribir mal me cuesta mucho y llenar esto de confesiones aún más: ritmos fáciles que buscas en las calles porque piensas que los otros son más reales cuando padeces tu propio sueño ausente. No sé que estoy creando pero siento mucho tener lo que necesitas. Siento desperdiciarlo y no poder hacer más porque no serviría entegarte mi boca o mi amor, sé que darás vueltas hacia esa forma contenta de ir hacia tu trauma. No sé qué estoy creando, vamos a llamarlo: escritura vectorial: vamos a partir de un día hacia otro y desparecer. Porque eso hacen todos y tú quieres lo de todos aunque te creas misántropa. Vamos a ganar el Fonca y te daré todo el dinero y aún así siempre pensarás más en los bordes cuando te sonrían porque te gustan tus pasitos de malabarista en la línea vacía que llenas de ideas de confeti. Ojalá tu hijo se llame Jaime o Mónica o Tamagotchi y así puedas repartir ese amor que tienes atorado y te sofoca sin poder nadar a gusto. No me gusta escribir manchas, no las dejaré ensuciarme más.
18 abr 2023
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