Tomo los dedos
y los ato, los ato
y los ato y los ato
a la silueta que
te inscribo.
Corrigo los dedos
y en un nudo
la noche se vuelve
a resbalar,
se vuelve hacer
hilo, e hilo
los dedos a tu cuerpo
más real.
Luego miro mis dedos,
río, río tanto
pues tanto es
el sueño,
y tanto son
los dedos
que te extrañan.
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