Un marco,
grabado de nuestros misterios;
solitarios y teocráticos,
suspirando en recuerdos.
En sus manchas recorremos,
en sus manchas nos perdemos.
Y en el cristal
enterramos nuestros sueños.
Y en el cristal
confundimos los cielos.
Un marco,
línea del desespero;
curva que se vuelve al suspiro
que me vuelve sin respiro.
En sus manchas enterramos,
en sus manchas perdonamos.
Y en el cristal
pasan los años.
Y en el cristal
nos conocemos.
Un marco,
guardia del retrato;
que tan simple, escondido tras su laberinto,
guarda en su imagen, un sentimiento.
Y en el cristal
merodean figuras.
Y en el cristal
navegan tus palabras.
Un marco,
enigma de mis memorias,
enclaustro de nuestras estrellas;
vacío desde las promesas.
Y en el cristal
nos levantamos.
Y en el cristal
se esconden versos.
Un marco,
con manchas en sus bordes,
reflejando en su cristal
el abismo de su vacío.
Y en el cristal
no se disuelve una escultura.
Y en el cristal
no abunda tu figura.
Sólo mi locura.
Un marco,
juez del tiempo,
reflejo del brear y del cuerpo,
únicas veces de mi misterio.
¡Ah maldito!,
los recuerdos aparecen…
-Guardia del retrato,
¿dónde está su imagen?
11 jun 2010
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