30 jun 2010
26 jun 2010
13 jun 2010
A un corazón desde mis latidos
He cansado al corazón bajo sus latidos, pero sólo sigo un ritmo, una oración que se mece entre el cielo y el infierno, cuándo se tiene que elegir cualquiera de los dos caminos. No hay más sendero sin que aparezcas, escúchalo, ritmo de timbales que cantan suburbios ángeles, oriundos de los de abajo, de los clavados por los que hicieron más ruido que otros con su sentimiento. Ese ritmo es el tuyo, no más que el tuyo, al único con el que todavía puedo verme. Sólo duerme con él, siéntelo vibrar. No cabe duda, así se escucha el infierno. Pero si lo cuento... sé que lo detendrás sólo para llorar en su silencio.
11 jun 2010
Al marco
Un marco,
grabado de nuestros misterios;
solitarios y teocráticos,
suspirando en recuerdos.
En sus manchas recorremos,
en sus manchas nos perdemos.
Y en el cristal
enterramos nuestros sueños.
Y en el cristal
confundimos los cielos.
Un marco,
línea del desespero;
curva que se vuelve al suspiro
que me vuelve sin respiro.
En sus manchas enterramos,
en sus manchas perdonamos.
Y en el cristal
pasan los años.
Y en el cristal
nos conocemos.
Un marco,
guardia del retrato;
que tan simple, escondido tras su laberinto,
guarda en su imagen, un sentimiento.
Y en el cristal
merodean figuras.
Y en el cristal
navegan tus palabras.
Un marco,
enigma de mis memorias,
enclaustro de nuestras estrellas;
vacío desde las promesas.
Y en el cristal
nos levantamos.
Y en el cristal
se esconden versos.
Un marco,
con manchas en sus bordes,
reflejando en su cristal
el abismo de su vacío.
Y en el cristal
no se disuelve una escultura.
Y en el cristal
no abunda tu figura.
Sólo mi locura.
Un marco,
juez del tiempo,
reflejo del brear y del cuerpo,
únicas veces de mi misterio.
¡Ah maldito!,
los recuerdos aparecen…
-Guardia del retrato,
¿dónde está su imagen?
grabado de nuestros misterios;
solitarios y teocráticos,
suspirando en recuerdos.
En sus manchas recorremos,
en sus manchas nos perdemos.
Y en el cristal
enterramos nuestros sueños.
Y en el cristal
confundimos los cielos.
Un marco,
línea del desespero;
curva que se vuelve al suspiro
que me vuelve sin respiro.
En sus manchas enterramos,
en sus manchas perdonamos.
Y en el cristal
pasan los años.
Y en el cristal
nos conocemos.
Un marco,
guardia del retrato;
que tan simple, escondido tras su laberinto,
guarda en su imagen, un sentimiento.
Y en el cristal
merodean figuras.
Y en el cristal
navegan tus palabras.
Un marco,
enigma de mis memorias,
enclaustro de nuestras estrellas;
vacío desde las promesas.
Y en el cristal
nos levantamos.
Y en el cristal
se esconden versos.
Un marco,
con manchas en sus bordes,
reflejando en su cristal
el abismo de su vacío.
Y en el cristal
no se disuelve una escultura.
Y en el cristal
no abunda tu figura.
Sólo mi locura.
Un marco,
juez del tiempo,
reflejo del brear y del cuerpo,
únicas veces de mi misterio.
¡Ah maldito!,
los recuerdos aparecen…
-Guardia del retrato,
¿dónde está su imagen?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)