10 sept 2010
4 sept 2010
2 sept 2010
24 jul 2010
20 jul 2010
Los verdaderos ciclos de cinco poemas
12-07-10
I
Besos ante el suspiro,
sueños a cada de tu respiro.
Palabras breves,
breves… sí pero llenas de un vacío.
II
Quiero catalogar las estrellas,
decirles a cada una un nombre.
Y esto es una empresa imposible,
no por la falta de nombres
y el infinito de estrellas;
puedo presumir que me sobra
imaginación que revela tiempo;
sino por que todas las constelaciones
tendrían el tuyo.
Y no quiero voltear en las noches
al cielo, y encontrarte ahí…
siempre.
20-07-10
III
Un cielo,
un oscuro cielo
que brilla y se dilata,
y que pinta de colores
a los veleros.
IV
De una manantial
he recogido dos gotas,
dos gotas que se han caído
desde mis sueños.
V
Un bálsamo
con un suave veneno;
la luna lo toma,
devota, levita.
En dos semana se enamora.
En dos semanas brilla.
Yo también te aulló…
Yo también reflejo
las estelas que navegan
desde las estrellas.
I
Besos ante el suspiro,
sueños a cada de tu respiro.
Palabras breves,
breves… sí pero llenas de un vacío.
II
Quiero catalogar las estrellas,
decirles a cada una un nombre.
Y esto es una empresa imposible,
no por la falta de nombres
y el infinito de estrellas;
puedo presumir que me sobra
imaginación que revela tiempo;
sino por que todas las constelaciones
tendrían el tuyo.
Y no quiero voltear en las noches
al cielo, y encontrarte ahí…
siempre.
20-07-10
III
Un cielo,
un oscuro cielo
que brilla y se dilata,
y que pinta de colores
a los veleros.
IV
De una manantial
he recogido dos gotas,
dos gotas que se han caído
desde mis sueños.
V
Un bálsamo
con un suave veneno;
la luna lo toma,
devota, levita.
En dos semana se enamora.
En dos semanas brilla.
Yo también te aulló…
Yo también reflejo
las estelas que navegan
desde las estrellas.
14 jul 2010
9 jul 2010
1 jul 2010
30 jun 2010
26 jun 2010
13 jun 2010
A un corazón desde mis latidos
He cansado al corazón bajo sus latidos, pero sólo sigo un ritmo, una oración que se mece entre el cielo y el infierno, cuándo se tiene que elegir cualquiera de los dos caminos. No hay más sendero sin que aparezcas, escúchalo, ritmo de timbales que cantan suburbios ángeles, oriundos de los de abajo, de los clavados por los que hicieron más ruido que otros con su sentimiento. Ese ritmo es el tuyo, no más que el tuyo, al único con el que todavía puedo verme. Sólo duerme con él, siéntelo vibrar. No cabe duda, así se escucha el infierno. Pero si lo cuento... sé que lo detendrás sólo para llorar en su silencio.
11 jun 2010
Al marco
Un marco,
grabado de nuestros misterios;
solitarios y teocráticos,
suspirando en recuerdos.
En sus manchas recorremos,
en sus manchas nos perdemos.
Y en el cristal
enterramos nuestros sueños.
Y en el cristal
confundimos los cielos.
Un marco,
línea del desespero;
curva que se vuelve al suspiro
que me vuelve sin respiro.
En sus manchas enterramos,
en sus manchas perdonamos.
Y en el cristal
pasan los años.
Y en el cristal
nos conocemos.
Un marco,
guardia del retrato;
que tan simple, escondido tras su laberinto,
guarda en su imagen, un sentimiento.
Y en el cristal
merodean figuras.
Y en el cristal
navegan tus palabras.
Un marco,
enigma de mis memorias,
enclaustro de nuestras estrellas;
vacío desde las promesas.
Y en el cristal
nos levantamos.
Y en el cristal
se esconden versos.
Un marco,
con manchas en sus bordes,
reflejando en su cristal
el abismo de su vacío.
Y en el cristal
no se disuelve una escultura.
Y en el cristal
no abunda tu figura.
Sólo mi locura.
Un marco,
juez del tiempo,
reflejo del brear y del cuerpo,
únicas veces de mi misterio.
¡Ah maldito!,
los recuerdos aparecen…
-Guardia del retrato,
¿dónde está su imagen?
grabado de nuestros misterios;
solitarios y teocráticos,
suspirando en recuerdos.
En sus manchas recorremos,
en sus manchas nos perdemos.
Y en el cristal
enterramos nuestros sueños.
Y en el cristal
confundimos los cielos.
Un marco,
línea del desespero;
curva que se vuelve al suspiro
que me vuelve sin respiro.
En sus manchas enterramos,
en sus manchas perdonamos.
Y en el cristal
pasan los años.
Y en el cristal
nos conocemos.
Un marco,
guardia del retrato;
que tan simple, escondido tras su laberinto,
guarda en su imagen, un sentimiento.
Y en el cristal
merodean figuras.
Y en el cristal
navegan tus palabras.
Un marco,
enigma de mis memorias,
enclaustro de nuestras estrellas;
vacío desde las promesas.
Y en el cristal
nos levantamos.
Y en el cristal
se esconden versos.
Un marco,
con manchas en sus bordes,
reflejando en su cristal
el abismo de su vacío.
Y en el cristal
no se disuelve una escultura.
Y en el cristal
no abunda tu figura.
Sólo mi locura.
Un marco,
juez del tiempo,
reflejo del brear y del cuerpo,
únicas veces de mi misterio.
¡Ah maldito!,
los recuerdos aparecen…
-Guardia del retrato,
¿dónde está su imagen?
30 mar 2010
Paraíso
Hoy quiero decir mis sentimientos,
tenderme a este vago cielo
acostado desde el infierno,
alumbrado desde el destierro.
E incandescente pasan mis sueños,
arrojados, mis pasos de enano,
van arrumbados al epílogo de su entierro.
En el aura se viste un color,
de sus listones brilla el ardor,
corazones y muecas levitan en el resplandor,
es ahora, la hora del dolor,
ahora, la hora de amor.
Rimas bajo la estación
los paisajes atardecen la tarde
los búhos dibujan al dibujo;
¡ah, divina naturaleza!,
última plenitud de belleza,
paso en las praderas
sobre tus rebeldes entrañas,
me cubro de tu ilusión
cuando bailo con el sátiro de tu corazón.
Y la noche me rocía tus llamas,
mito de toda oración,
clarín de estrofas a pasión.
Y el viento me susurra
sus sinfonías de silencio,
misterio de perfección
perfección del siniestro corazón.
Nadando sobre estos sentimientos
que se pliegan en un rincón,
los volcanes escriben los bosques,
bosques raquíticos del cielo,
último rincón del infierno.
tenderme a este vago cielo
acostado desde el infierno,
alumbrado desde el destierro.
E incandescente pasan mis sueños,
arrojados, mis pasos de enano,
van arrumbados al epílogo de su entierro.
En el aura se viste un color,
de sus listones brilla el ardor,
corazones y muecas levitan en el resplandor,
es ahora, la hora del dolor,
ahora, la hora de amor.
Rimas bajo la estación
los paisajes atardecen la tarde
los búhos dibujan al dibujo;
¡ah, divina naturaleza!,
última plenitud de belleza,
paso en las praderas
sobre tus rebeldes entrañas,
me cubro de tu ilusión
cuando bailo con el sátiro de tu corazón.
Y la noche me rocía tus llamas,
mito de toda oración,
clarín de estrofas a pasión.
Y el viento me susurra
sus sinfonías de silencio,
misterio de perfección
perfección del siniestro corazón.
Nadando sobre estos sentimientos
que se pliegan en un rincón,
los volcanes escriben los bosques,
bosques raquíticos del cielo,
último rincón del infierno.
10 ene 2010
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