Galileo

29 ago 2009

Alegría en agonía

Breves pensamientos de grandes condimentos,
amarrado a la tensión sin firmamento,
desprendido a la oración de sentimientos
con el fin de velar al tormento.

Clasificaciones burdas del suelo;
irónicas razones sin menos vida
que los cristales sin salida:
opciones de fatal filosofía
en la oscura fantasía
que despierta de nubes el cielo.

Conquistando novelas
a letras, a letras muero,
fuera de las estrellas.

Entre ya vida: eres mal-venida;
de murales se esconde el arte,
y de ocasiones he de conocerte;
vida a muerte, muerte a vida.

A tristeza, ya no sé lo que quiero,
pero fundido voy entre estrofas,
que la sombra cuelga de un faro,

sin más que menos días,
de los que recurren
monótonos las orillas
de un existencialismo crucial
de lamento.

Préstame tu sonrisa,
que soy agudo al atrevimiento,
quiero guardarla al mal
que las flores esconden,
a poesía, a desorbitarte poesía.

Corre en tu risa,
que la agonía se asoma sin alegría.
Alegría en la agonía,
sin más que la fantasía.

Mi mundo es pequeño
pero prefiero entrar a mi universo;
suspendido e inverso
entre galantes suspiros,
soy dócil al decadentismo.
No tengo figura y nací hoy;
fundido a la clave del esoterismo,
no llevo más agravio que el daño,
y tú sabes que ves lo que no soy
me meso entre cordiales sueños.

Lleno la esperanza de libertad
para que me alcance la soledad,
cubro de ídolos los versos.
Mortal de cadáveres;
ociosos de negros vitrales,
son majestuosos de paraísos.

Franco de besos;
sólo espero la hora puntual,
con el corazón cortado de cariños
y sobrio en la locura final.

Fe con el azar puesto,
trascendente a graves reproches,
con valor escribo entre las noches
la clave de mi sentimiento.

Armonías en contrapunto,
sordos lemas frente a la ciudad
rodeado a la tangible facultad
de saber que estoy muerto.

Sólo alegría, alegría de agonía,
pegado a la fantasía.

Alegría en la agonía,
sin menos que la fantasía
de una nublada alegoría.

26 ago 2009

Sólo te quería querer

Sólo te quería querer:
escondido en cada de tus sueños
y cabalgando a la nada de tus besos,
en la fantasía que el universo tiene que ser.

Sé que soy culto de este sentimiento
y que escribo con inspiración de esta pasión.
De pocos intereses lleno este corazón
y de palpitas imágenes tuyas se cubre la razón
para pervertir al amor a cualquiera de tu condición
sin más acento que quedar en tus brazos muerto.

Y no importa las horas perdidas bajo tu sonrisa,
de ir a verla cayendo al suelo atrás del paraíso.

Me gustas demasiado como para aceptarlo
y desde hace rato que soy esclavo de tu libertad,
de día y noche pase a verte desde mi soledad;
y ahora, aquí estoy: recordando tu rostro para dibujarlo.

Pasan las nubes y no sé si vuelva a coquetear con tu sonrisa,
pero de mí… sabes que estaré para verte pestañear con el universo.

Me he perdido a la fantasía del amor
y de la lluvia que cubre tus senos
al portal de tus caderas;
y aunque estés llena de poemas,
de mis estrellas no estarás lejos,
porque a la hora de mis letras
no puedes convencer las promesas
que juegan con el dolor.

En mi mente para un pensamiento:
y es que pérdida ya te pueda tener.

Comienzo a danzar con la locura,
escondido entre la sombra del olvido,
porque de las olas del infierno soy oriundo
y mis alas comienzan a oscilar en una noche oscura.
Adoro tu cadáver muerto,
aquél que cuelga sobre tu sonrisa el querer.

Sé que tu nombre no está en el cielo,
pero mis ojos se acuestan en tu piel,
mordiendo el tiempo con el destino,
mascando al infierno desde cualquier camino,
y aunque de la burla y engaño soy fiel,
el viento sobre tu cuerpo he de serlo.

Carne de los segundos
no olvides que canto en silencio;
perdido entre las ciudades de sonidos
siempre te alzo desde mis sueños.

Porque sólo te quería querer,
acostados desde el infinito: sólo te quería querer.

Blancos deseos

Blancos deseos de mi vida
se esconden en una herida.

No quiero perderte,
pero ya estás inerte
bajo unos brazos ofuscos
que duran sólo unos segundos.

¿Qué pretendes encontrar al llegar a la salida?
¿Qué pretendes sin tu confusión caída?

Pero mujer: no olvides mis ojos
sobre la arena de tus sabanas,
que en cada noche brillarán
nebulosos.

Pórtales en eclipses

Pórtales en eclipses amanecen,
sostienen la muerte al suspenso
de conocerte,
alumbran de nubes un suspiro
sin encontrar alivio,
vuelan desde las hojas de olvido:
frescas y rojas se mueven
a través del oscuro aire,
sin voz y con alaridos.

Flagelando desoladas caderas
sobre tu vientre:

No despiertes aún amor,
que todavía le tengo cariño,
de su sonrisa quiero seguir dormido
hasta que el cielo se encuentre escondido
entre sus pies derretido.

25 ago 2009

Mundo introvertido

Mundo introvertido
de panteones recurridos
sólo un recuerdo convertido
en olvido perdido,
los días manchados se esconden imantados
de nuestros acentos velados,
duerme en los brazos de mi locura
que mi amor no tiene mesura,
no puedo decir que soy bueno
pero tengo nostalgia de sentimientos:
recorramos la pluma de sentidos
mientras amarramos al destino.

Sobre una sonrisa

Una lámpara sube,
alumbra con ardo emblema
la resurrección de algún poema;
su luz va brillando entre espirales
junto con matices disonantes,
la ola de fantasía se acuesta entre mejillas
alfombrando los suspiros esclavos
de algún recuerdo fragmentado,
distorsionando trágicamente el tiempo
al espacio de segundos;
y nada de esto es comparado
a tu curva sonrisa.

Pedazos herméticos

Pedazos herméticos
se pierden en versos,
tu figura necia
se asombra sin consentimiento,
llegando al cielo
y apostando por la belleza.

Tritura mis besos
con la sombra de tu tormento,
de sueños con desvelo
juegas con la fantasía
al olvidar la tristeza:

Sólo pedazos herméticos
van triturando mis besos.

14 ago 2009

X

El exceso es el límite del atrevimiento.

Voraces pupilas

Ironía, ironía; sin paz
de mi vida.

Retratos de cada día
con tu simple sonrisa;
y yo aquí, sin ver tu melodía,
encerrado hacia la fantasía
del color de tu vida.

Vuelvo hacia la faz
que merodea la agonía,
caminando sin vida
desde la gravedad sin orillas,
que despierta con risa,
la voracidad de tus pupilas.

A un diario

Diario amigo,
di que su almohada exprime
los recuerdos
de sus amores vacíos,
di que sus brazos
estarán conmigo.

Di, di que de estrellas cargo
mi corazón partido,
y exorbitado espero,
bajo un místico universo,
que ahora, llevo soñando al paraíso.

Diario amigo, no sé si tú existas;
pero sólo procura que de veces…
me escriba.

_:L

Siniestro corazón, padeces de una ambición; ¿qué será mi vida con tú adiós?