Hace falta de tus uñas
la madera y la taza
los trazos de
tu ropa en el olor de palabras
que nos gusta repetir:
nostalgia, nosotros;
lo que no nos pasó
y no dejamos de arrepentir
mira, lirar
nuestro tacto, ojos
lentos hacia ti, lavados de las horas
sólo hacia ti;
sin dejar sentir
cómo tus lindas pestañean
en su encuentro: larado cincel
de los que partieron la luz
para hacerte así:
Yo te veo y no,
no sólo lo sideral de
tus lunares o las cejas
riladas en la merada
contusión de tu mirada:
es más: Veo tu boca
sin libertad: esclava: diluida
por la necesidad próxima del beso:
falsa de así: para qué, querida,
engañar la voz que escurre
la caricia sobre el cuello con ecos.
Falta, aún falta
el mundo prometido
que no dije
y aparecía.
Cuesta ya incluir
a alguien cuando escribo.
Pero falta,
falta tu sueño
para litar de tu boca,
cuando abres tu ausencia
y te aparezco.
9 sept 2016
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