Las veces que la noche
nos repitió el alba,
aquellos cruceros
partidos
por amaneceres rasgados,
me hicieron
inclinar las páginas hacia ti;
comenzamos por albergar
el cuerpo rudo
que no nos pertenecía.
¿Y luego qué?
¿Decimos que ahora
somos nosotros?
Cargados de levadas horas,
hemos ido jugando
a lo que fueron.
Hoy he contado nuestra historia
y me he sentido porque
no recuerdo el tacto de tu mano,
tampoco tu olor. O el exacto
timbre de tu voz a niña mimada.
Tengo cosas breves,
sí:
he caminado la noche
en mi casa dejando lo
necesario: eres palabras.
Sabemos
cómo se erigió el mundo.
26 may 2016
5 may 2016
Trazo sobre el agua de un cuerpo despavorido de su reflejo
Encuentro que los faros
son taciturnos
y en la orilla
las rocas no rompen
la espalda:
el cuerpo de las olas, sí.
son taciturnos
y en la orilla
las rocas no rompen
la espalda:
el cuerpo de las olas, sí.
4 may 2016
Fuga
Las caminatas libradas en el nocturno deseo: Es don a la vida la intriga de las condiciones meridionales: magistral el lapso de las pestañas que escudan el mundo interior al parpadear: escaldo el horizonte para herirle de un sol levado: grabados en la mayólica de los descensos inútiles: he soñado, ¿acaso estabas tan feliz?
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