Galileo

23 abr 2016

Ofrenda

Este

;

para los
dioses gramáticos
de toga y arpa

a cambio

de

tu alegría.

sin importar luego,
turbarntes mis ojos
en sus abanicos.

Me hinco en el agua
fría.

La regadera
escucha atenta.

15 abr 2016

Orfeo traza su oficio

Lo esencial
es dormitar
y en los
bostezos
deber tu
nombre.

14 abr 2016

Labrado laberinto

Lascadas
las
aleatorias
alas del
laúd
limitando
su vuelo
al sonido
de las olas:

lacerado
labrado
laberinto:

por las muradas
el agreste sol
reinicia los boreales
labios aluzados.

12 abr 2016

Cartografía

Prepárese
en azul
una línea
para descifrar
de tu voz
el tártaro
dorsal
de la belleza.

9 abr 2016

Etimología

Musitada

apenas

desde la altura

la palabra noche
de ceríferas
lunas

va
intrincando
por tus pupilas.

6 abr 2016

Dedicado a ti en 22 hrs

Lizeth,
esta es
mi única manera
de viajar
por la th
de tu nombre.

Y regresar
sonando
el bandido milagro
de la luz.

5 abr 2016

Primer meridiano de una zona en silencio

¿Has visto cómo el mar jala al cielo luego del horizonte? Creo que es una realidad que el mundo termina donde ambos, en un desquicio de caricias, se pierden en un azul disforme; la olas parecen ir en grises tonalidades de nubes, y su otro lado sólo existe en una mitología compartida. También pasa que termina en la extraña marejada donde se cruzan silencios; en su naufragio, los rostros se resienten del agua y reconocen la blanda oscuridad de su tacto. El batel cede con su pequeña proa y se rompe, un piélago se me abre en la pupila mientras te miro.

4 abr 2016

Apología sobre un clavel sintético

Abrir abril
con un par
de flores secas

convulsas y de
plástica forma

igual que un sol
retratado
entre los charcos
que se secan.

Morfología de un baldío

Sólo el sueño
es el recio

con su peso trizado
en las yemas

mientras los
ojos

mestizos

entrelazados

corren por sus
laderas frisadas

abrevaderos en la
habitación silvestre

solos con su
papel de óleo

para pasar
de largo

sobre la saliva

un beso

que al ceder
en éste sueño

deja en la noche

el sonido
de una calesa
lejana.

1 abr 2016

Luminaria

El lugar viejo de mi calle,
donde alguna vez
un anciano vivió
y me vio llorar desde mi ventana,
aún tiene su cristal roto
donde la imagen
del viento mira en mis labios
aquella pregunta:
¿estoy abandonado?

Recuerdo que el anciano se acercó, y dijo con ojos de viejo
la luz.