Atrás, en las esquirlas fugaces del deseo a veces lascivas u oscuras aunque siempre descendente hacia la tibia y obscena medusa recorro esos ecos de cadera con su lento error —suculenta— de rocío, luminosa fatiga de orgamos, ¿dónde la pared para detener la lisura? ¿dónde el desencuentro de la saliva? ¿dónde desaparecer el horror de las manos contiguas? Atrás: el amanecer pedirá otras grutas para tus desahuciamientos y con tus mañas, podrás regresar para respirar otro sol, nunca menos invencible que su respiración nocturna.
19 dic 2023
Rexo / desusa voz suspendida / sobre el motivo incoherente de alabar / preponderancias sin nombre / ausencias que aun gimotean decursos del ensueño
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