Me arden los labios en esta noche seca, me llevo a los dedos el último beso, desmontando las caricias lentas y los latidos. El cielo rige su furia con el canto claro de su horizonte mientras la piel de mi beso se anima a caminar. Se encamina hacia el ánima de los claros, se enfurece como primer movimiento proveniente del lago olvido. Alarga el surco del labio para merecer la caída de la noche. Mecer las extremidades hasta el viento, largo hasta la luna.
28 mar 2021
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